Dejemos de callar.

(Por Zorro)

“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez” así comienza un libro de Eduardo Galeano: Las venas abiertas de Latinoamérica. Éste libro y frase fueron escritos hace ya muchos años. Lo cierto es que los escritores no ponen frases al comienzo de sus libros solo por diversión o porque se vean mas bonitos y vendan más. Esas frases están puestas en ese lugar para cuestionárselas, preguntarse el por qué están ahí, ¿qué función cumple? ¿Por qué ese silencio se parece a la estupidez? ¿Aún guardamos ese silencio?, y así desglosando los sinfines de propósitos que tienen estas frases al principio de un libro.

Para comenzar, quiero comentar algo que todos sabemos. Esta frase tiene la intención de decirnos que en Latinoamérica, hace ya varios años, hemos estado aceptando variados tipos de injusticias, hemos soportado el dolor de muertes injustificadas, hemos sido victimas de variados genocidios y lo único que hacemos es guardar silencio. ¿Es lógico actuar de tal manera cuando se es tratado así? Cualquier ser viviente con la capacidad de razonar diría “no, esto no está bien, hay que hacer algo”. Evidentemente, nosotros, los Latinoamericanos no lo hemos hecho. Y eso se debe simplemente a influencias exteriores.

Si analizamos la historia de chile, desde que llegan los españoles al territorio chileno, la resistencia indígena fue implacable. Después de un tiempo, debido al gran armamento que poseían los españoles, y al bajo desarrollo de estos instrumentos de parte de los indígenas, estos debieron ceder ante tal poder. Aun así queridos lectores, los indígenas no se rindieron. Lucharon hasta el final, y hoy en día podemos seguir viendo como luchan por sus tierras.

Avanzando en el tiempo, a la época de las independencias de America entera, cuando en chile aun reinaba el poder de España y las culturas ya se habían mezclado, Estados Unidos, que eran dominados por los reyes de Inglaterra, pusieron en marcha su astuto y no bien formulado plan. Tomando las ideas libertarias de la grandiosa ilustración, ideada por los intelectuales de la revolución francesa, pudieron firmar su acta de independencia, para poder formar un país libre.

Claro, nadie se pregunto hasta donde llegaría esa libertad. Volviendo al caso de chile, tras una serie de guerrillas y de juntas gubernamentales, también pudimos lograr la ansiada “libertad”. Pero ¿eran todos libres o solo los criollos? Y ¿a que costo lograron esa libertad? ¿Donde quedaron los indígenas? Los indígenas seguían luchando por sus tierras y no callaban sus ansias de verdadera libertad.

Actualmente, se puede ver claramente el costo que debemos pagar al obtener esa falsa libertad. Se ve en las empresas extranjeras que se vienen a apropiar de los suelos fértiles del sur, las que nos venden a grandes precios las necesidades básicas del ser humano, las empresas privadas que privilegian la educación de unos pocos y en la forma que el estado apoya esta diferencia. Y solo unos pocos luchan para que esto sea más justo. Es en ese sentido en que guardamos ese silencio parecido a la estupidez. Devolvamos las tierras a los indígenas, hagamos que dejen de tratarnos como a unas ratas en temas de educación, somos seres humanos, con derechos. Hagamos escuchar nuestra voz.

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